Adicción a las Benzodiacepinas, los ansiolíticos para tratar la ansiedad

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Las benzodiacepinas son medicamentos que normalmente se recetan para tratar la ansiedad y el insomnio, pero muchas personas no saben que su uso prolongado puede generar dependencia y adicción.

En este artículo, te voy a explicar qué son las benzodiacepinas, cómo funcionan, sus riesgos de dependencia y adicción, las consecuencias a largo plazo de su abuso, los síntomas que pueden aparecer por ello y las alternativas para abordar esta situación.

Benzodiacepinas: ¿Qué son y cómo funcionan?

Las benzodiacepinas son una clase de medicamentos psicotrópicos (sustancia que afecta a la mente, al estado de ánimo y al comportamiento) que actúan sobre el sistema nervioso central. Se utilizan para tratar la ansiedad, el insomnio, y en algunos casos, los trastornos convulsivos. Los medicamentos más comunes de este grupo incluyen: Diazepam (Valium), Alprazolam (Trankimazin/Xanax), Lorazepam (Orfidal), Clonazepam (Rivotril) y Bromazepam (Lexatín).
Las benzodiacepinas actúan aumentando la actividad de una sustancia en el cerebro llamada GABA, que es como un «freno» natural para las neuronas. Este «freno» reduce la velocidad con la que las neuronas envían señales, lo que calma la actividad cerebral. Por eso, las benzodiacepinas ayudan a relajar, reducir la ansiedad y generar un efecto sedante en poco tiempo.

Riesgos de dependencia y adicción

Aunque las benzodiacepinas son útiles para calmar la ansiedad rápidamente, su uso prolongado conlleva riesgos importantes de dependencia y adicción. La adicción puede desarrollarse por varias razones, incluyendo la alta tolerancia al fármaco que el cuerpo desarrolla con el tiempo, y esto repercute en que la persona necesita tomar dosis cada vez mayores para poder experimentar los mismos efectos que al principio, lo que aumenta el riesgo de abuso.

Hablamos de dependencia física cuando el organismo se adapta a la presencia de la benzodiacepina y el consumo de estas se acaba siendo necesario para funcionar con normalidad. Si se deja de tomar de manera repentina, la persona puede experimentar síntomas de abstinencia graves, que van desde un aumento de la ansiedad, insomnio, hasta convulsiones en los casos más graves.

Por otro lado, hablamos de adicción psicológica cuando implica que la persona depende de estas, no solo para controlar la ansiedad, sino también para enfrentarse a las actividades cotidianas. Creando un ciclo de consumo repetido, donde la persona toma el medicamento no solo para evitar los síntomas de abstinencia, sino también porque piensa que las necesita para controlar situaciones emocionales que podrían gestionarse de otras maneras.

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Consecuencias a largo plazo del abuso de Benzodiacepinas

Tolerancia

Con el tiempo, el cuerpo se acostumbra a la presencia de las benzodiacepinas, lo que hace que el medicamento pierda eficacia. Esto significa que la persona necesita dosis cada vez más altas para sentir el mismo alivio de la ansiedad o el insomnio. Esto puede llevar a un círculo vicioso donde la persona aumenta las dosis, incrementando el riesgo de efectos secundarios y adicción.

Dependencia física

La dependencia física ocurre cuando el cuerpo se vuelve tan dependiente de las benzodiacepinas que, si se interrumpe su uso repentinamente, la persona puede experimentar síntomas de abstinencia. Estos síntomas pueden incluir ansiedad intensa, insomnio, irritabilidad, dolores musculares, e incluso convulsiones en casos extremos.

Problemas cognitivos

El uso prolongado de benzodiacepinas puede afectar la función cognitiva, es decir, la capacidad de pensar, recordar y concentrarse. Algunos estudios han demostrado que el abuso crónico está asociado con deterioro de la memoria, problemas para aprender cosas nuevas, y dificultades para resolver problemas.

Cambios en el estado de ánimo

El uso a largo plazo de benzodiacepinas también puede provocar trastornos del estado de ánimo. Aunque estos medicamentos se utilizan para tratar la ansiedad, en el tiempo pueden tener el efecto opuesto, aumentando la depresión, la irritabilidad, e incluso provocando sentimientos de desesperanza (no encontrar una solución y sin expectativas de futuro).

Problemas de coordinación y caídas

Debido a su efecto sedante, el abuso prolongado de benzodiacepinas puede afectar la coordinación motora, el equilibrio y los reflejos. Esto puede aumentar el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores, lo que puede provocar fracturas o lesiones graves. La capacidad para realizar tareas que requieren atención y destreza, como conducir o manejar maquinaria, también puede verse afectada.

Sobredosis

El riesgo de sobredosis aumenta cuando se abusa de benzodiacepinas, especialmente si se combinan con otras sustancias depresoras del sistema nervioso central, como el alcohol, opioides o algunos medicamentos para dormir. Las sobredosis de benzodiacepinas pueden ser peligrosas, causando dificultades respiratorias…

Despersonalización y Desrealización

Algunas personas que abusan de benzodiacepinas a largo plazo experimentan episodios de despersonalización (sensación de estar desconectado de uno mismo) y desrealización (sensación de que el mundo a su alrededor no es real). Estos episodios pueden ser muy angustiosos y hacer que las personas se sientan aún más desconectadas de la realidad.

Síntomas benzodiacepinas y ansiedad: Riesgos y Alternativas

Muchos síntomas de uso prolongado de benzodiacepinas pueden parecerse a los síntomas de ansiedad, como la dificultad para concentrarse, la inquietud y la fatiga. Y esto puede dificultar la diferenciación entre la dependencia del medicamento y la ansiedad real. Es importante reconocer que el uso prolongado de benzodiacepinas puede agravar o imitar los síntomas de ansiedad.
Aunque las benzodiacepinas son útiles en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio a corto plazo, su uso prolongado en España plantea riesgos muy importantes de dependencia. Para abordar esta situación, es crucial fomentar alternativas de tratamiento, como la terapia psicológica, y el uso de medicación menos adictiva para el manejo a largo plazo. Un enfoque equilibrado, que combine estrategias farmacológicas y no farmacológicas, con el objetivo proporcionar herramientas y estrategias para manejar la ansiedad de manera sostenible en el tiempo y mejorar la calidad de vida.

Espero que después de haber leído este artículo puedas haber resuelto tus dudas sobre la adicción a las benzodiacepinas. Si conoces a alguien que le preocupa este tema o tiene dudas sobre ello, compártele este artículo.

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José Miguel García

Psicólogo de Centre Didoni

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